Policía y ESMAD: Transformación y Desafíos en Colombia

El servicio de policía en Colombia, y en particular las unidades antidisturbios como el ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios), se encuentra en constante evolución, adaptándose a los desafíos de un país dinámico. Su rol abarca desde la seguridad en eventos masivos hasta la gestión de protestas y el mantenimiento del orden público, lo que inevitablemente genera debates y controversias. En el corazón de estos debates recientes se encuentran dos frentes principales: la transformación de la seguridad en los estadios de fútbol y las complejidades judiciales derivadas de su actuación en el marco de las protestas sociales.

La percepción y la función de la policía antidisturbios han cambiado significativamente a lo largo de los años, buscando un equilibrio entre la efectividad en el control de multitudes y el respeto por los derechos ciudadanos. Estos cambios no solo son operativos, sino que también reflejan transformaciones en la sociedad colombiana y en las políticas de seguridad y convivencia ciudadana. Comprender el porqué de estas evoluciones, las situaciones que las han impulsado y la estructura que las soporta, es fundamental para entender el panorama actual de la seguridad en el país.

La Evolución del Servicio Policial en los Estadios: Más Allá de las Vallas

Durante años, la imagen de los estadios de fútbol en Colombia estuvo marcada por la presencia de vallas o mallas de seguridad, una medida que buscaba contener la violencia y prevenir la invasión del campo. Sin embargo, esta solución, aunque efectiva en algunos aspectos, también generaba una sensación de encierro y distanciaba a los aficionados del espectáculo, además de proyectar una imagen de desconfianza hacia el público.

El año 2011 marcó un punto de inflexión significativo en esta dinámica. Con la realización del Mundial de Fútbol Sub-20 en Colombia, el Gobierno nacional, bajo el liderazgo de figuras como el entonces general José Roberto León Riaño, impulsó una estrategia audaz: la eliminación de las mallas en los estadios. Esta decisión no fue meramente estética; respondía a una visión más amplia de transformar el fútbol en un espectáculo genuinamente familiar, emulando los modelos de seguridad y convivencia observados en los estadios europeos, donde la interacción entre la policía y los aficionados es diferente.

La innovación clave detrás de esta medida fue la ideación de un nuevo servicio de Policía. Antes de 2011, era común ver a numerosos integrantes del ESMAD ubicados entre los jugadores y la tribuna, especialmente en momentos críticos como el cobro de un tiro de esquina, para evitar que objetos fueran lanzados al campo. La nueva directriz transformó radicalmente esta disposición. El servicio de Policía pasó a prestarse "de cara a los aficionados", es decir, mirando hacia los espectadores. Este cambio de perspectiva no solo significó una reubicación física de los agentes, sino también una filosofía de trabajo distinta: en lugar de ser una barrera entre el público y el campo, la policía se convirtió en un elemento de control y prevención dentro de la tribuna, buscando generar confianza y disuadir comportamientos violentos mediante la presencia visible y disuasoria, pero no confrontacional, desde el inicio.

Esta estrategia fue un éxito y recibió el reconocimiento internacional. Joseph Blatter, quien en ese momento era presidente de la FIFA, felicitó a las autoridades colombianas por la medida, afirmando que los únicos que debían estar detrás de las mallas eran los delincuentes y los animales en los zoológicos, un claro respaldo a la visión de un fútbol libre de barreras físicas. Este avance fue considerado un gran paso en la modernización de la seguridad deportiva en el país.

Hoy en día, ante nuevos episodios de violencia en los estadios de Medellín y Manizales, ha resurgido la propuesta de la Dimayor de volver a instalar las vallas. Sin embargo, autoridades en ciudades como Ibagué, Bogotá y la misma Medellín han expresado su rotundo rechazo, calificando la medida como un "retroceso" de varios años en el comportamiento social. El general León Riaño ha reiterado que esta sería la "medida más fácil", pero que el verdadero camino es seguir trabajando con la sociedad, aplicando las responsabilidades establecidas en la ley, como el control de la ubicación de las barras y la implementación de la huella dactilar para el acceso, elementos que fomentan la corresponsabilidad y la identificación de quienes alteran el orden.

Comparativa: Modelos de Seguridad en Estadios

El ESMAD en el Corazón de la Polémica Judicial: Voceros de Paz y la Primera Línea

El rol del ESMAD no se limita a la seguridad en eventos deportivos; su función principal es el control de multitudes y la gestión de protestas, una tarea que a menudo lo sitúa en el centro de complejas controversias. Un caso reciente que ha captado la atención pública y judicial es la investigación a una juez por la liberación de integrantes de la llamada "Primera Línea", un grupo que adquirió notoriedad durante las violentas protestas de 2021.

En el marco de esas protestas, miembros de la Policía y del ESMAD fueron objeto de ataques brutales, incluyendo intentos de quemarlos vivos, lo que generó un profundo impacto en la institución y la sociedad. Posteriormente, el Gobierno nacional propuso la figura de "voceros de paz" para algunos de estos individuos, lo que llevó a solicitudes de libertad para varios de ellos que se encontraban judicializados.

La controversia actual se centra en la juez Lilyan Jhoana Bastidas, coordinadora del centro de servicios judiciales de Paloquemao en Bogotá, quien ha sido citada a interrogatorio por la Fiscalía General de la Nación. La investigación, iniciada tras una denuncia de la Procuraduría, busca esclarecer presuntas irregularidades en su decisión de dejar en libertad a tres integrantes de la "Primera Línea" designados como voceros de paz. El meollo del asunto radica en si la juez tenía la competencia para ordenar directamente estas libertades, o si, como coordinadora, su rol era únicamente asignar la solicitud al juez encargado del proceso, y no tomar la decisión de fondo.

La Fiscalía argumenta que la juez pudo haberse tomado atribuciones que no le correspondían, lo que podría constituir el delito de prevaricato. Este delito se configura cuando un funcionario público dicta una resolución, sentencia o dictamen manifiestamente injusto o contrario a la ley. La vinculación de la juez a la investigación la deja a las puertas de una posible imputación de cargos.

Sin embargo, la Rama Judicial y algunos sindicatos han salido en defensa de la juez Bastidas. Argumentan que su decisión está soportada en decretos firmados por el Gobierno nacional, específicamente el Decreto 2422 del 9 de diciembre de 2022, que pondría a disposición de la judicatura la libertad de los integrantes de la "Primera Línea" procesados por hechos criminales. Según esta postura, no existirían irregularidades en la suspensión de las medidas de aseguramiento ni en las libertades otorgadas, ya que la decisión obedeció al cumplimiento de una orden presidencial.

Este caso subraya la compleja intersección entre el poder ejecutivo, que busca implementar políticas de paz, y el poder judicial, que debe garantizar la aplicación de la ley y la justicia. Mientras el Gobierno insiste en la liberación de estos individuos, pese a las evidencias de delitos, las víctimas y los denunciantes expresan temor, lo que plantea un delicado balance entre la reconciliación y la rendición de cuentas. La investigación de la Fiscalía busca precisamente dilucidar los pormenores legales de la decisión de la juez y asegurar que todos los procedimientos se ajustaron a derecho.

Estructura y Presencia Nacional del ESMAD: Una Fuerza en Cifras

Para cumplir con su misión de mantener el orden público y responder a situaciones de alteración de la convivencia, el ESMAD cuenta con una estructura y despliegue estratégico a nivel nacional. La capacidad operativa de esta fuerza especializada se distribuye a través de un total de trece Escuadrones Móviles Antidisturbios, con presencia permanente en doce ciudades clave del país.

La distribución de estas compañías refleja la necesidad de una respuesta rápida y efectiva en los principales centros urbanos y regiones estratégicas de Colombia, donde la probabilidad de concentraciones masivas y posibles alteraciones del orden público es mayor. Esta presencia descentralizada permite al ESMAD reaccionar de manera ágil ante emergencias, apoyar a las autoridades locales en la gestión de protestas y garantizar la seguridad en grandes eventos.

Distribución de las Compañías del ESMAD en Colombia

Esta distribución geográfica es fundamental para la capacidad de la Policía Nacional de proyectar su autoridad y garantizar la seguridad ciudadana en todo el territorio, adaptándose a las necesidades específicas de cada región y atendiendo a los desafíos que presenta el orden público en un país con una dinámica social compleja.

Preguntas Frecuentes sobre la Policía y el ESMAD

¿Qué es el ESMAD y cuál es su función principal?

El ESMAD, o Escuadrón Móvil Antidisturbios, es una unidad especializada de la Policía Nacional de Colombia. Su función principal es el control de multitudes, la gestión de protestas y el restablecimiento del orden público en situaciones de alteración de la convivencia ciudadana. Actúan como fuerza de choque para disolver manifestaciones violentas, proteger la infraestructura y garantizar la seguridad de la ciudadanía.

¿Por qué se eliminaron las vallas en los estadios colombianos?

Las vallas en los estadios se eliminaron principalmente en 2011, en el marco del Mundial de Fútbol Sub-20, como parte de una estrategia para modernizar la seguridad, transformar el fútbol en un espectáculo familiar y proyectar una imagen positiva del país. La medida buscaba emular modelos europeos de seguridad sin barreras físicas, fomentando una relación de confianza entre la policía y los aficionados.

¿Qué significa el concepto de policía "de cara a los aficionados" en los estadios?

Significa que el servicio de policía en los estadios se reorientó para que los agentes miraran hacia las tribunas y los espectadores, en lugar de mirar hacia el campo o los jugadores. El objetivo es una presencia más preventiva y disuasoria dentro de la multitud, buscando interactuar con los aficionados y anticipar posibles problemas, en lugar de ser una barrera reactiva.

¿Quiénes son la "Primera Línea" y por qué se les relaciona con el ESMAD?

La "Primera Línea" fue el nombre dado a grupos de manifestantes, a menudo jóvenes, que se ubicaban en la vanguardia de las protestas sociales en Colombia, particularmente durante el paro nacional de 2021. Se les relaciona con el ESMAD debido a los frecuentes enfrentamientos violentos que tuvieron con esta fuerza antidisturbios, en los que hubo agresiones de ambas partes.

¿Qué es el delito de prevaricato y cómo se aplica al caso de la juez investigada?

El delito de prevaricato ocurre cuando un funcionario público dicta una resolución, sentencia o dictamen que es manifiestamente contrario a la ley. En el caso de la juez investigada, la Fiscalía alega que pudo haber incurrido en prevaricato al ordenar la libertad de miembros de la "Primera Línea" sin tener la competencia directa para ello, es decir, excediendo sus atribuciones legales como coordinadora judicial.

¿En cuántas ciudades de Colombia tiene presencia permanente el ESMAD?

El ESMAD tiene presencia permanente en doce ciudades de Colombia, con un total de trece Escuadrones Móviles Antidisturbios distribuidos estratégicamente para cubrir las necesidades de orden público a nivel nacional.

La policía colombiana, y específicamente el ESMAD, se encuentran en una constante redefinición de su rol en la sociedad. Desde la innovadora adaptación de su servicio en los estadios de fútbol, buscando una convivencia más armónica y familiar, hasta su compleja interacción con las realidades sociales y judiciales que emanan de las protestas, su función es multifacética y esencial. Los debates sobre su actuación y su estructura no solo reflejan los desafíos del orden público, sino también la dinámica de una sociedad que busca el equilibrio entre la seguridad, la justicia y los derechos ciudadanos.

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