06/10/2024
En el Perú, una advertencia se ha vuelto recurrente en las convocatorias a protestas ciudadanas: “No hables con desconocidos”. Lejos de ser un consejo sanitario, esta recomendación nace de una profunda preocupación por la presencia de agentes policiales vestidos de civil, conocidos popularmente como “ternas”, que se infiltran en las manifestaciones. Su actuación ha generado un intenso debate y ha sido objeto de severas críticas por parte de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos, poniendo en el centro de la discusión no solo su legitimidad, sino también la idoneidad de su formación para las delicadas tareas que desempeñan.
- El Origen y la Evolución del Rol de los Agentes 'Ternas'
- La Controversia de los 'Ternas' en las Protestas Sociales
- La Formación Incompleta de los Agentes 'Ternas': Una Preocupación Central
- Implicaciones Legales y de Derechos Humanos
- Consejos para Ciudadanos: ¿Cómo Actuar ante una Detención Irregular?
- El Peligro de la Impunidad y la Polarización
- Preguntas Frecuentes (FAQ) sobre los Agentes 'Ternas' y las Protestas
- ¿Es legal la operación de agentes de civil en protestas?
- ¿Qué diferencia hay entre un agente 'terna' y un policía uniformado?
- ¿Pueden los agentes 'ternas' realizar detenciones?
- ¿Qué debo hacer si soy detenido por un agente sin identificar?
- ¿Por qué se critica tanto la formación de los agentes 'ternas'?
- Conclusión: Hacia una Policía Aliada de la Ciudadanía
El Origen y la Evolución del Rol de los Agentes 'Ternas'
El término “ternas” deriva de la práctica de estos agentes de operar frecuentemente en grupos de tres. Originalmente, estos efectivos forman parte del Escuadrón Verde, una unidad especializada de la Policía Nacional del Perú (PNP) cuya misión principal es combatir delitos menores, como el robo al paso y la microcomercialización de drogas. Su trabajo en este ámbito es reconocido por su eficacia, dada su habilidad para mimetizarse con la población y realizar capturas en flagrancia. Sin embargo, en los últimos tiempos, el uso de estos agentes se ha extendido más allá de su función inicial.
Expertos como Elohim Monard, investigador en seguridad de la Universidad de Lima, señalan que el término “terna” se ha generalizado para incluir a agentes de Inteligencia y de la Unidad de Servicios Especiales que también operan de civil. Esta ampliación de su rol, especialmente su incursión en el control de manifestaciones, ha desatado una ola de cuestionamientos. Mientras que su legitimidad es incuestionable en la lucha contra el crimen común, su intervención en contextos de protesta social es un terreno mucho más ambiguo y peligroso, sobre todo cuando la democracia se encuentra en una “zona gris”, como ha sido el caso en recientes episodios políticos en Perú.
La presencia de agentes “ternas” en las marchas ha sido el foco de múltiples denuncias. Activistas y organizaciones de derechos humanos acusan a estos efectivos de instigar la violencia para luego proceder a la detención de manifestantes. Las imágenes y testimonios de detenciones irregulares, realizadas por policías sin uniforme ni identificación visible, se han vuelto lamentablemente comunes. Ciudadanos que intentaban evadir un arresto, que en muchos casos se asemejaba más a un secuestro por la falta de protocolo y la ausencia de identificación policial, fueron acusados de resistencia a la autoridad, una paradoja cuando la autoridad misma no se presentaba como tal.
La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha señalado que muchos de estos agentes son jóvenes en sus últimos años de formación, cuya apariencia les permite confundirse fácilmente con los manifestantes. Esta situación agrava la preocupación, dado el “largo historial de uso abusivo de la fuerza en protestas” que tiene Perú. La ONU Derechos Humanos, a través de su representante Jan Jarab, ha sido contundente al exigir a las autoridades peruanas el cese de este tipo de procedimientos, calificándolos de incompatibles con las normas internacionales de derechos humanos. La falta de identificación clara de los agentes impide la revisión administrativa y judicial de posibles irregularidades y violaciones, creando un clima de impunidad.
Un Velo de Secreto y la Negativa Oficial
Ante el aluvión de reclamos y la evidencia en video y testimonios, el exministro del Interior, Gastón Rodríguez, anunció inicialmente que la nueva estrategia policial no contemplaría el uso de estas unidades en protestas. Sin embargo, esta afirmación fue rápidamente desmentida por la realidad en las calles. Reportes de la CNDH y la Defensoría del Pueblo confirmaron la participación masiva de “ternas” en las manifestaciones, a pesar de los comunicados oficiales que negaban su presencia. Este contraste entre la versión oficial y la realidad observada en el terreno ha minado la confianza de la ciudadanía en las instituciones, profundizando la crisis.
Incluso, un video viralizado que mostraba a un sujeto realizando un disparo al aire tras ser identificado por manifestantes, fue justificado por el gobierno alegando que se trataba de un policía en su día libre. Estas respuestas no solo fueron insuficientes, sino que alimentaron aún más la percepción de falta de transparencia y responsabilidad por parte de las autoridades.
La Formación Incompleta de los Agentes 'Ternas': Una Preocupación Central
Una de las revelaciones más preocupantes en torno a los agentes “ternas” es la deficiencia en su formación policial. Elohim Monard, el investigador, ha señalado que muchos de estos policías no han completado los tres años de formación reglamentaria. Incluso, se menciona una promoción que realizó solo seis meses de instrucción. Esta carencia formativa es crítica, ya que la preparación para el control de multitudes y la gestión de la protesta pacífica requiere un entrenamiento especializado en técnicas de de-escalada, derechos humanos, uso proporcional de la fuerza y procedimientos legales de detención. Un agente con formación incompleta no solo carece de estas herramientas, sino que puede actuar de manera impulsiva y contraproducente, exacerbando la tensión en lugar de mitigarla.
El problema, según Monard, no se limita solo a la duración de la formación, sino también a la calidad del currículo y la capacitación de los docentes. La escuela de la Policía Nacional, según sus palabras, ha estado en crisis durante años, lo que se traduce en generaciones de policías que no reciben una educación suficiente para afrontar los complejos escenarios de seguridad ciudadana, mucho menos el control de protestas masivas donde se requiere una sensibilidad y profesionalismo excepcionales.
La siguiente tabla compara los requisitos ideales de una formación policial integral versus las deficiencias observadas en la capacitación de algunos agentes "ternas" según las denuncias:
Aspecto de la Formación | Formación Policial Ideal/Estándar | Deficiencias Observadas en Agentes 'Ternas' |
---|---|---|
Duración | Mínimo 3 años de estudios académicos y prácticos. | Casos de formación incompleta (ej. 6 meses). |
Manejo de Multitudes | Técnicas de de-escalada, control sin violencia, contención. | Acusaciones de instigación a la violencia y uso desproporcionado de la fuerza. |
Derechos Humanos | Conocimiento y respeto estricto de los derechos fundamentales. | Denuncias de detenciones irregulares, falta de identificación, siembra de pruebas. |
Procedimientos de Detención | Protocolos claros, identificación obligatoria, justificación legal. | Detenciones sin identificación, apariencia de secuestro, dificultad para asignar responsabilidades. |
Ética y Conducta | Principios de integridad, imparcialidad y servicio público. | Incidentes de lenguaje agresivo ("Mátalo, mátalo"), disparos injustificados. |
Implicaciones Legales y de Derechos Humanos
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha advertido que la participación de agentes de civil en protestas plantea serios problemas para la revisión administrativa y judicial de posibles irregularidades y violaciones. La falta de identificación impide la asignación de rendición de cuentas, lo que fomenta la impunidad. Según las disposiciones de la ONU sobre el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los agentes de civil “nunca deben incitar a la violencia” y tienen la obligación de identificarse antes de realizar una detención o cualquier uso de la fuerza. Cuando esto no se cumple, se vulneran derechos fundamentales como la libertad de reunión y la integridad personal.
La abogada penalista Pamela Morales, cofundadora de Abogadas Pro Bono, ha destacado que, si bien no existe una prohibición nacional explícita para el uso de “ternas” como estrategia estatal, el problema radica en las situaciones donde pueden provocar delitos y realizar detenciones que no son por flagrancia. Las denuncias de “siembra de evidencias” son alarmantes y ponen en entredicho la legalidad de los procedimientos policiales.
Consejos para Ciudadanos: ¿Cómo Actuar ante una Detención Irregular?
Ante la ambigüedad y el riesgo de detenciones por parte de agentes no identificados, los expertos en derechos humanos ofrecen algunas recomendaciones clave para los ciudadanos:
- Colaborar y No Oponer Resistencia: Aunque la situación sea irregular, la resistencia puede agravar la acusación y poner en riesgo la integridad física. Es mejor colaborar en el momento y buscar asesoría legal posterior.
- No Ir Solo a las Manifestaciones: La compañía de amigos o conocidos puede ser crucial. En caso de una detención, pueden ser testigos y documentar lo ocurrido.
- Grabar Toda la Escena: Si es posible, y de manera segura, grabar la detención con un teléfono móvil es una herramienta poderosa. Las grabaciones sirven como prueba irrefutable ante las autoridades y en procesos judiciales.
- Identificar Testigos: Anotar nombres o características de personas cercanas que puedan haber presenciado la detención.
- Exigir Identificación: Aunque los agentes no estén uniformados, se debe exigir que se identifiquen. Si se niegan, dejar constancia de ello.
- Contactar a Abogados de Derechos Humanos: Organismos como la CNDH y agrupaciones como Abogadas Pro Bono ofrecen asesoría legal gratuita y pueden documentar los casos de abuso.
El Peligro de la Impunidad y la Polarización
La desproporción en la respuesta de las fuerzas de seguridad ha causado indignación. Incidentes como el ingreso de gases lacrimógenos a vías de transporte público y cercanías de hospitales, o el escalofriante audio de un agente diciendo “Mátalo, mátalo” mientras apunta un arma, han puesto en evidencia la gravedad de la situación. Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han instado al cese inmediato de la violencia desproporcionada y al respeto del derecho a la protesta.
Monard señala que la falta de un llamado claro por parte del ministro a mantener los límites de la proporcionalidad en el uso de la fuerza ha reforzado una peligrosa burbuja narrativa entre los policías. Según él, muchos agentes no reciben información sobre marchas pacíficas ni sobre los excesos de sus compañeros, lo que crea una polarización donde los manifestantes son percibidos como “enemigos”. Esta narrativa es perjudicial y aleja a la policía de su rol de garante de los derechos ciudadanos.
La posibilidad de impunidad frente a los abusos policiales es alta. El rechazo del Congreso a citar al Director de la Policía Nacional es una señal preocupante de la falta de rendición de cuentas en un contexto donde el equilibrio de poderes es frágil. Sin mecanismos efectivos de supervisión y sanción, la confianza en la institución policial se deteriora, y la ciudadanía queda vulnerable ante el abuso de poder.
Preguntas Frecuentes (FAQ) sobre los Agentes 'Ternas' y las Protestas
¿Es legal la operación de agentes de civil en protestas?
Aunque no existe una prohibición expresa a nivel nacional sobre la operación de agentes de civil como estrategia policial, su actuación en contextos de protesta social es altamente cuestionable desde la perspectiva de los derechos humanos y las normas internacionales. Organismos como la ONU y la CIDH exigen que, en caso de intervenir, los agentes de civil se identifiquen clara y previamente, y que su rol no sea el de incitar a la violencia.
¿Qué diferencia hay entre un agente 'terna' y un policía uniformado?
La principal diferencia es la vestimenta y la identificación. Un policía uniformado es fácilmente reconocible por su atuendo reglamentario y su placa visible, lo que facilita la asignación de responsabilidades. Los agentes 'ternas' operan de civil, sin uniforme ni identificación visible, lo que dificulta su reconocimiento y la posterior denuncia de posibles abusos.
¿Pueden los agentes 'ternas' realizar detenciones?
Sí, como agentes de la Policía Nacional, están facultados para realizar detenciones. Sin embargo, el problema surge cuando estas detenciones se realizan sin la debida identificación del agente, sin flagrancia delictiva clara, o bajo acusaciones de incitación a la violencia o siembra de pruebas. Estas prácticas son irregulares y violan los derechos fundamentales.
¿Qué debo hacer si soy detenido por un agente sin identificar?
Se recomienda no oponer resistencia física, pero sí dejar constancia verbal de que el agente no se ha identificado. Trata de mantener la calma, memorizar detalles del agente o del entorno, y si es posible, que alguien más grabe la situación. Inmediatamente después, busca asesoría legal y denuncia lo ocurrido ante la Defensoría del Pueblo o fiscalía.
¿Por qué se critica tanto la formación de los agentes 'ternas'?
La crítica radica en que muchos de estos agentes, al parecer, tienen una formación policial incompleta, en algunos casos con solo unos pocos meses de instrucción. Una formación adecuada es crucial para el manejo de situaciones complejas como las protestas, donde se requiere un profundo conocimiento de derechos humanos, técnicas de de-escalada y uso proporcional de la fuerza. Una capacitación deficiente puede llevar a actuaciones desproporcionadas y violaciones de derechos.
Conclusión: Hacia una Policía Aliada de la Ciudadanía
La controversia alrededor de los agentes “ternas” en Perú subraya una necesidad urgente de reforma y transparencia dentro de la Policía Nacional. La falta de formación policial adecuada, la ausencia de identificación clara en sus operaciones de civil, y la percepción de impunidad en casos de abuso, no solo erosionan la confianza pública sino que también ponen en riesgo la protesta pacífica como pilar de la democracia. Es imperativo que las autoridades peruanas garanticen que cualquier agente que opere en el espacio público, especialmente en contextos de manifestación, cumpla con los más altos estándares de profesionalismo, se identifique plenamente y actúe siempre dentro del marco de los derechos humanos. Solo así se podrá transitar de una fuerza policial percibida como represora a una que sea verdaderamente aliada de la ciudadanía, garantizando su seguridad y sus libertades fundamentales.
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