04/06/2025
En un mundo cada vez más complejo y demandante, la labor policial se erige como una de las profesiones más desafiantes y cruciales para el mantenimiento del orden social. Los agentes de policía no solo se enfrentan a situaciones de alto riesgo y estrés constante, sino que también son la primera línea de interacción entre el Estado y el ciudadano. En este contexto, la capacidad de gestionar emociones, comprender a otros y reaccionar de manera adecuada, lo que conocemos como Inteligencia Emocional (IE), se ha convertido en una herramienta indispensable, no solo para su bienestar personal, sino para la eficacia y calidad del servicio que brindan a la comunidad.

Tradicionalmente, el enfoque en la formación policial se ha centrado en habilidades técnicas, físicas y tácticas. Sin embargo, estudios recientes y la experiencia en el campo demuestran que el éxito en la práctica policial moderna va mucho más allá de la fuerza física o el conocimiento legal. Se trata de la habilidad para navegar situaciones complejas con serenidad, de desescalar conflictos a través de la comunicación efectiva y de construir confianza con una ciudadanía que, a menudo, los ve con recelo. La inteligencia emocional no es un concepto etéreo o secundario; es un pilar fundamental para una policía del siglo XXI, marcando la diferencia entre una reacción mecánica y una respuesta humana y efectiva.
- ¿Qué es la Inteligencia Emocional y por qué es crucial para el policía?
- Midiendo la Inteligencia Emocional en Perú: El BarOn ICE
- Estados de Energía y su Impacto en la Inteligencia Emocional Policial
- Inteligencia Emocional en la Esfera Pública: Lecciones de Chile
- La Inteligencia y la Policía Nacional del Perú (PNP)
- Preguntas Frecuentes sobre la Inteligencia Emocional en la Policía
- Conclusión
¿Qué es la Inteligencia Emocional y por qué es crucial para el policía?
El término Inteligencia Emocional, popularizado por Daniel Goleman, se refiere a la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales, tanto en uno mismo como en los demás. Lejos de ser una invitación a suprimir las emociones, la IE implica dirigirlas y equilibrarlas de manera constructiva. Para un oficial de policía, esta capacidad es, en esencia, la base de su trabajo diario. Estar en la calle, interactuar con víctimas, sospechosos y el público en general, exige un constante manejo de situaciones cargadas de emociones intensas, desde la frustración hasta la compasión.
Diversos estudios subrayan la importancia de la Inteligencia Emocional en el ámbito profesional. Según Nelson Portugal, consultor de desarrollo personal, y respaldado por Travis Bradberry y Jean Greaves en su libro “Inteligencia Emocional 2.0”, la IE es responsable de un impresionante 58% de la productividad laboral. Esto significa que un agente con alta IE no solo es más eficiente en sus tareas cotidianas, sino que contribuye significativamente a la eficacia global de su unidad y de la institución. Un policía emocionalmente inteligente puede manejar mejor el estrés, tomar decisiones más ponderadas y mantener una actitud proactiva.
La investigación de la Oficina de Recursos Humanos de la Universidad de Minnesota va un paso más allá, señalando que el éxito profesional depende entre un 27% y un 45% de la inteligencia emocional, mientras que el coeficiente intelectual (CI) solo contribuye entre un 1% y un 20%. Esto desmitifica la idea de que la inteligencia puramente cognitiva es el único predictor de éxito. En el ámbito policial, donde las decisiones se toman bajo presión y tienen un impacto directo en la vida de las personas, la autoconciencia emocional, la capacidad de manejar el estrés y la empatía son cualidades de incalculable valor, superando incluso la importancia del intelecto puro.
La revista Forbes, una publicación líder en negocios, ha afirmado que los gerentes de Recursos Humanos de las principales compañías otorgan actualmente más importancia a la IE que al coeficiente intelectual. Esto no es una simple tendencia; es un reconocimiento de que las habilidades interpersonales y emocionales son vitales para la colaboración, la resolución de problemas y la adaptación al cambio. En la policía, donde el trabajo en equipo es fundamental y la adaptación a situaciones imprevistas es la norma, estas habilidades son aún más críticas, permitiendo una mejor coordinación y respuesta ante emergencias.

Un dato aún más sorprendente, derivado de un estudio de Travis, es que por cada punto en el nivel de inteligencia emocional, los ingresos anuales de los ejecutivos norteamericanos aumentan en promedio US$ 1,300. Si bien este dato se refiere a ejecutivos, ilustra el valor económico y profesional que se le atribuye a la IE. Para la policía, esto se traduce en una mayor satisfacción laboral, menor rotación de personal y, en última instancia, una fuerza policial más estable, experimentada y motivada, lo que repercute directamente en la calidad del servicio.
Como se ha observado en diversas instituciones, la alta gerencia a menudo no instrumenta las herramientas disponibles a favor de mejorar la calidad de la gestión y la prestación del servicio. Sin embargo, el conocimiento y la aplicación de la Inteligencia Emocional como argumento para la gerencia policial podrían incrementar drásticamente nuestra visión positiva ante la sociedad. El trabajo policial se fundamenta en la actuación, en el manejo de las emociones ante los problemas de las comunidades, de los individuos y, crucialmente, de los propios problemas personales del agente. La inteligencia emocional aplicada a la práctica policial, sin duda alguna, daría como resultado la obtención y el logro de los objetivos principalísimos de la organización policial, como cubrir las demandas sociales tal como lo plantea la Ley Orgánica del Servicio de Policía en su Artículo 77, y la consecución de las metas se convertiría en algo más accesible y común.
El psicólogo Edward Thorndike (1920) definió la Inteligencia Social como “la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”. Esto lo podemos comprender como el liderazgo, y es necesario señalar que el policía debe ser un líder ante la comunidad, un líder emocionalmente activo y coherente, capaz de inspirar confianza y de guiar en momentos de crisis. Un oficial con alta IE no solo impone autoridad, sino que la gana a través del respeto y la comprensión.
Midiendo la Inteligencia Emocional en Perú: El BarOn ICE
La medición de la inteligencia emocional es un campo de estudio en constante evolución. En Perú, la variable Inteligencia Emocional ha sido evaluada en niños y adolescentes a través del Inventario de Cociente Emocional de BarOn ICE. Esta herramienta, adaptada específicamente a la realidad peruana por las especialistas Nelly Ugarriza y Liz Pajares, permite obtener un perfil detallado de las competencias emocionales de los individuos, considerando las particularidades culturales y sociales del país.
Los resultados de las investigaciones que han utilizado esta adaptación han mostrado que, en el ámbito estudiantil, el nivel de Inteligencia Emocional se sitúa en el promedio. Aunque esta información se refiere a niños y adolescentes, sugiere la necesidad de programas de desarrollo emocional desde edades tempranas y, por extensión, la importancia de extender estas evaluaciones y capacitaciones a profesionales, como los agentes de policía, cuya labor demanda un alto nivel de IE. Conocer el punto de partida es fundamental para diseñar programas de capacitación efectivos.

La adaptación de herramientas internacionales a la realidad local es crucial para asegurar la validez y fiabilidad de los resultados. Un instrumento como el BarOn ICE, ajustado a la cultura y particularidades peruanas, ofrece una base sólida para identificar áreas de mejora y diseñar intervenciones específicas que fortalezcan las competencias emocionales de los miembros de la fuerza policial. Si bien no se menciona una adaptación específica para adultos policías, la existencia de esta adaptación en el país sienta un precedente importante para futuras iniciativas en este campo, abriendo la puerta a una medición más precisa y a programas de desarrollo más dirigidos.
Tabla Comparativa: Beneficios de la Inteligencia Emocional en la Labor Policial
| Competencia de IE | Beneficio para el Policía | Impacto en el Servicio |
|---|---|---|
| Autoconciencia | Reconocer y entender las propias emociones, fortalezas y debilidades. | Mejor toma de decisiones bajo presión; prevención del agotamiento y el estrés crónico. |
| Autogestión / Autorregulación | Manejar las emociones, impulsos y recursos internos de manera efectiva. | Control del temperamento en situaciones críticas; resiliencia ante el estrés y la frustración. |
| Motivación | Dirigir las emociones hacia el logro de metas y el compromiso con la misión. | Persistencia en la investigación; iniciativa para mejorar y servir a la comunidad. |
| Empatía | Comprender las emociones, necesidades y preocupaciones de los demás. | Mejor trato con víctimas y ciudadanos; resolución de conflictos pacífica y humanitaria. |
| Habilidades Sociales / Comunicación | Manejar relaciones y construir redes; inspirar e influenciar positivamente. | Colaboración efectiva con colegas; construcción de confianza y legitimidad comunitaria. |
Estados de Energía y su Impacto en la Inteligencia Emocional Policial
La inteligencia emocional no es una cualidad estática; puede verse afectada significativamente por el estado físico y mental de un individuo. Dentro del marco de la energía humana, existen cuatro estados primarios, dos de los cuales pueden “cubrir un velo” sobre las capacidades emocionales y prioridades, alterando negativamente la inteligencia emocional. Estos son la Energía Tensa y el Cansancio Tenso, condiciones que a menudo experimentan los agentes de policía debido a la naturaleza de su trabajo.
Un oficial de policía que opera bajo un estado de Energía Tensa puede experimentar altos niveles de ansiedad, irritabilidad y una tendencia a reaccionar impulsivamente. Este estado, a menudo resultado de la presión constante, los turnos largos, la falta de sueño o el estrés acumulado por incidentes traumáticos, puede mermar su capacidad de juicio, su paciencia y su habilidad para comunicarse de manera efectiva. En situaciones críticas, esto podría llevar a decisiones precipitadas, malentendidos con el público o a una escalada innecesaria de la violencia, comprometiendo la seguridad tanto del agente como de los ciudadanos.
Por otro lado, el Cansancio Tenso combina la fatiga física y mental con un estado de tensión crónica. Un policía en este estado puede sentirse agotado, desmotivado y con una baja resiliencia al estrés. Esto no solo afecta su bienestar personal, sino que también compromete su capacidad para mostrar empatía, para mantener la calma en situaciones desafiantes y para pensar con claridad. La fatiga crónica es un enemigo silencioso de la inteligencia emocional, haciendo que incluso las tareas más simples parezcan abrumadoras y que la capacidad de autorregulación se vea seriamente comprometida, lo que puede llevar a errores costosos y a una disminución en la calidad del servicio.
Los sentimientos hacen reales a las personas, y en la profesión policial, donde la objetividad y la serenidad son esenciales, la gestión de estos estados de energía es vital. Reconocer cuándo se está en un estado de Energía Tensa o Cansancio Tenso es el primer paso para mitigar sus efectos negativos. Implementar estrategias de manejo del estrés, fomentar el descanso adecuado, promover actividades recreativas y ofrecer apoyo psicológico son medidas fundamentales para asegurar que los agentes de policía puedan operar con su máxima inteligencia emocional, garantizando así un servicio más humano y eficaz.

Inteligencia Emocional en la Esfera Pública: Lecciones de Chile
La inteligencia emocional no solo es relevante a nivel individual o de pequeña escala; sus principios se extienden a la esfera pública y política, ofreciendo valiosas lecciones para cualquier institución que interactúe con la ciudadanía, incluida la policía. El caso del plebiscito chileno sobre la nueva constitución ofrece un claro ejemplo de cómo la inteligencia emocional política puede influir en la percepción pública y la estabilidad social en momentos de alta tensión.
Tras el rechazo del texto constitucional propuesto, el presidente de Chile, Gabriel Boric, demostró una notable inteligencia emocional en su reacción. Fue cauteloso y respetuoso frente a los resultados, reconociendo la derrota y llamando a la autocrítica. Reconoció que el pueblo chileno era más exigente de lo que se creía y convocó a la unidad, manifestando su respeto por los votantes del rechazo. Esta respuesta, marcada por la humildad, la comunicación efectiva y el reconocimiento de la voluntad popular, contrastó fuertemente con otras reacciones más polarizadas y descalificadoras observadas en la región, incluyendo algunos comentarios lamentables en Colombia que descalificaron a la mayoría de votantes.
Este episodio subraya la importancia de que los líderes, incluidos los de las fuerzas del orden, actúen con madurez emocional. Una respuesta impulsiva o descalificadora puede generar resentimiento, polarización y socavar la confianza en las instituciones. Por el contrario, una respuesta emocionalmente inteligente, que muestre empatía, respeto y un llamado a la unidad, puede ayudar a desescalar tensiones y a construir puentes, incluso en momentos de profunda división. Para la policía, esto se traduce en una mejor gestión de la relación con la comunidad, el fomento del diálogo y una mayor aceptación de su autoridad, basada en el respeto mutuo, lo cual es fundamental para el cumplimiento de sus funciones y la legitimidad de su accionar.
Así como el presidente Boric supo leer el sentir de su pueblo y actuar en consecuencia, la policía debe ser capaz de interpretar las emociones de la comunidad, comprender sus demandas y responder de una manera que genere confianza y cooperación, en lugar de miedo o confrontación. Esto implica una constante autoevaluación, capacidad de adaptación y un compromiso inquebrantable con el servicio, elementos todos potenciados por una alta inteligencia emocional.
La Inteligencia y la Policía Nacional del Perú (PNP)
Dentro de la estructura de la Policía Nacional del Perú (PNP), la inteligencia es un pilar fundamental para la prevención y combate del crimen. La PNP cuenta con unidades especializadas dedicadas a la inteligencia, que son vitales para desarticular organizaciones criminales, anticipar amenazas y proteger a la ciudadanía. Estas unidades operan con un alto grado de discreción y profesionalismo, siendo la columna vertebral en la lucha contra la delincuencia organizada.

Un ejemplo concreto de la labor de estas unidades es el “equipo especial” que replica una metodología sostenida de inteligencia, pesquisa policial e intervención sorpresa, como la utilizada en el reciente operativo en Punta Negra, donde se detuvo a más de cien extranjeros. Esta unidad tiene un importante componente de inteligencia, lo que demuestra el valor estratégico que se le otorga a la recopilación y análisis de información para la efectividad de las operaciones policiales, permitiendo golpes certeros contra el crimen.
Al frente de estas importantes divisiones se encuentran oficiales de alta trayectoria. El Coronel César Arévalo Guzmán, por ejemplo, ha sido identificado como el jefe de la División de Inteligencia de la Policía Nacional del Perú (DIPOL). Su liderazgo fue evidente en la presentación de una banda integrada por peruanos y estadounidenses, que cayó con más de media tonelada de droga de alta pureza. Este tipo de operaciones, que implican una compleja red de información y seguimiento, destacan la sofisticación y la eficacia de las unidades de inteligencia de la PNP en su lucha contra el narcotráfico.
El Coronel Arévalo ha detallado cómo los cabecillas de estas organizaciones camuflan la droga, utilizando vehículos de carga pesada como camiones de verduras, frutas o madera, para luego trasladarla a locales camuflados como empresas de servicio automotriz, tales como “Car Service” o “Car Wash”. La capacidad de la División de Inteligencia para desentrañar estas complejas operaciones y llevar a cabo intervenciones exitosas, como la incautación de 622 kilos de Pasta Básica de Cocaína (PBC) y la detención de nueve personas, junto con la incautación de 18 vehículos de lujo y armamento de largo alcance, es un testimonio de su profesionalismo y dedicación, logrando impactar significativamente en las redes criminales.
Es crucial entender que la inteligencia operativa, aunque distinta de la inteligencia emocional, se beneficia enormemente de esta última. Oficiales con alta inteligencia emocional son más propensos a mantener la calma bajo presión, a analizar situaciones de manera objetiva, a establecer buenas relaciones con informantes y a trabajar eficazmente en equipo, todos ellos aspectos vitales para el éxito de las operaciones de inteligencia policial. La capacidad de discernir entre la información veraz y la falsa, y de manejar las tensiones inherentes al trabajo de inteligencia, requiere una fortaleza emocional considerable.
Preguntas Frecuentes sobre la Inteligencia Emocional en la Policía
Aquí respondemos algunas de las preguntas más comunes sobre la inteligencia emocional y su aplicación en el ámbito policial:
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, comprender, utilizar y gestionar las propias emociones y las de los demás. Implica la habilidad para controlar impulsos, motivarse, empatizar y manejar relaciones de manera efectiva. No se trata de suprimir los sentimientos, sino de dirigirlos de forma constructiva para alcanzar objetivos y mejorar el bienestar personal y profesional.

¿Por qué es importante la Inteligencia Emocional para un policía?
Es vital porque la labor policial exige el manejo constante de situaciones de alta tensión, el trato con personas en crisis y la toma de decisiones rápidas y acertadas. Un policía con alta IE puede mantener la calma bajo presión, desescalar conflictos verbalmente, mostrar empatía hacia víctimas, establecer una comunicación efectiva con la comunidad y sus colegas, y gestionar el estrés inherente a la profesión, mejorando así la calidad del servicio, la seguridad ciudadana y su propio bienestar psicológico.
¿Cómo se mide la Inteligencia Emocional en Perú?
En Perú, se han utilizado herramientas adaptadas a la realidad local, como el Inventario de Cociente Emocional de BarOn ICE para niños y adolescentes, adaptado por Nelly Ugarriza y Liz Pajares. Esta adaptación permite una evaluación contextualizada de la IE. Aunque no se especifica una herramienta estandarizada para la medición de la IE en adultos policías, la existencia de adaptaciones demuestra el interés en evaluar estas capacidades en el contexto peruano y sienta las bases para futuras implementaciones.
¿Qué unidades de inteligencia tiene la Policía Nacional del Perú?
La Policía Nacional del Perú cuenta con divisiones y equipos especializados en inteligencia, como la División de Inteligencia (DIPOL). Estas unidades son responsables de la recopilación y análisis de información para prevenir el delito, desarticular organizaciones criminales y apoyar las operaciones policiales, combinando la pesquisa con la intervención sorpresa para maximizar su efectividad.
¿Cómo puede un policía desarrollar su Inteligencia Emocional?
El desarrollo de la IE es un proceso continuo y puede lograrse a través de varias estrategias. Un policía puede mejorar su IE mediante la autoevaluación constante para reconocer sus emociones y patrones de reacción, practicando la autorregulación en situaciones de estrés (por ejemplo, mediante técnicas de respiración o pausas activas), buscando comprender las perspectivas de los demás (empatía activa), y mejorando sus habilidades de comunicación y liderazgo a través de la escucha activa y el diálogo constructivo. La capacitación específica en manejo de estrés, resolución de conflictos y habilidades interpersonales también es fundamental para fortalecer estas competencias.
Conclusión
La Inteligencia Emocional es mucho más que una habilidad blanda; es una competencia central que define la eficacia y la humanización de la labor policial en el siglo XXI. Desde la capacidad de un agente para mantener la calma en medio del caos hasta la habilidad de un líder policial para inspirar confianza y guiar a su equipo, la IE permea cada aspecto del servicio. Invertir en el desarrollo de la inteligencia emocional de nuestros policías no es un lujo, sino una necesidad estratégica para construir una fuerza del orden más competente, resiliente y cercana a la ciudadanía. Una policía con alta IE no solo protege y sirve mejor, sino que también fomenta una sociedad más segura y cohesionada, donde la confianza y el respeto mutuo son los pilares de la convivencia y el progreso. El futuro de la seguridad ciudadana en Perú depende, en gran medida, de una policía emocionalmente inteligente y preparada para los desafíos del mañana.
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