¿Cuál es la importancia de la policía en la Escuela?

Frenando la Deserción Escolar: Un Desafío Urgente

11/01/2024

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El retorno a las aulas tras la pandemia ha desvelado una realidad preocupante en el sistema educativo: el alarmante aumento del ausentismo escolar, un fenómeno que antecede y, a menudo, conduce a la deserción escolar. Lo que antes era una preocupación latente, hoy se ha convertido en una emergencia nacional, con millones de estudiantes chilenos en riesgo de abandonar sus estudios. Este desafío no solo impacta en el desarrollo individual de niños, niñas y adolescentes, sino que también tiene profundas implicaciones para el futuro social y económico del país. Abordar esta crisis requiere una comprensión profunda de sus causas multifactoriales y la implementación de estrategias integrales y colaborativas que logren reencantar a los estudiantes con el aprendizaje y asegurar su permanencia en el sistema educativo.

¿Cómo prevenir la deserción escolar?
Reencantar a los alumnos con el aprendizaje es una de las claves para revertir la situación de ausentismo y prevenir la deserción escolar. Fotografía: La Tercera. Y por último la situación económica del hogar, la cual -en ocasiones- puede conllevar a que la o el estudiante se vea en la obligación de trabajar para ayudar con el sustento familiar.
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El Alarmante Aumento del Ausentismo Escolar en Chile

La presencialidad en los establecimientos educacionales, si bien bienvenida, trajo consigo un escenario complejo. Los datos son contundentes: los niveles de ausentismo escolar se han duplicado en comparación con el período prepandemia, especialmente durante el primer semestre del año en curso. Según un informe del Centro de Estudios del Mineduc, la asistencia promedio de los estudiantes ha sido del 83%, una cifra que se clasifica como inasistencia grave (inferior al 85%). Esto significa que aproximadamente 1.254.253 alumnos a lo largo del país, lo que representa un significativo 39% de la matrícula total, no están acudiendo con la regularidad necesaria a sus centros educativos.

Esta problemática afecta a todos los niveles educativos, pero se observa con mayor incidencia en la educación parvularia y la enseñanza básica, sentando las bases para futuras complicaciones en el trayecto escolar. Las causas detrás de este fenómeno son variadas y complejas. La flexibilización de la asistencia implementada tras la crisis sanitaria, sumada al persistente temor a futuros contagios de COVID-19 u otras enfermedades respiratorias, se perfilan como razones principales. De hecho, una encuesta nacional reveló que el 87% de los directores consultados atribuyen las ausencias a problemas de salud. En segundo lugar, el clima invernal, con un 34% de menciones, también contribuye a la falta de asistencia.

La situación es particularmente crítica en regiones como el Biobío, donde la Seremi de Educación, Milka Leva, ha reportado un incremento del 116% en la inasistencia escolar grave en comparación con 2019, más del doble. Esta situación subraya la urgencia de implementar medidas efectivas que logren traer de vuelta a estos estudiantes a las aulas, reconociendo que cada día de ausencia es una oportunidad de aprendizaje perdida y un paso más hacia el desenganche educativo.

¿Qué es la Deserción Escolar y Cuáles son sus Raíces?

Para comprender la magnitud del desafío, es fundamental definir qué entendemos por deserción escolar. La Dra. Claudia Pérez, psicóloga educacional de la Universidad de Concepción, la describe como "el abandono que el estudiante hace de la educación formal", un proceso que no ocurre de forma abrupta, sino que es el "final de un proceso de paulatina desvinculación del estudiante con su establecimiento y con el aprendizaje". Es decir, la deserción es la culminación de un camino de desmotivación y distanciamiento progresivo que, si no se interviene a tiempo, lleva a la salida definitiva del sistema educativo.

Los factores que impulsan a un estudiante hacia la deserción son múltiples y a menudo interconectados, abarcando dimensiones académicas, familiares, socioeconómicas y personales. Según el Ministerio de Educación, los principales detonantes incluyen:

  • Repitencia y ausentismo escolar: Son los mayores predictores. Un estudiante que repite un curso tiene aproximadamente un 20% más de probabilidades de abandonar el sistema. Las ausencias reiteradas, por su parte, erosionan el vínculo con la escuela y el contenido académico.
  • Nivel educacional y el involucramiento parental: El bajo nivel educativo de los padres y la limitada participación en la educación de sus hijos inciden negativamente en la probabilidad de que estos continúen con sus estudios.
  • Situación económica del hogar: La necesidad de contribuir al sustento familiar a menudo obliga a los estudiantes a trabajar, haciendo incompatible la asistencia regular a clases.
  • Factores emocionales y psicológicos: La baja autoestima, la frustración ante las dificultades académicas, el comportamiento desadaptativo con el entorno escolar, o la falta de un sentido de pertenencia, pueden minar la motivación del estudiante.
  • Percepción de la educación: Algunos estudiantes pueden llegar a considerar la educación como algo irrelevante o innecesario para su desarrollo personal, lo que disminuye su compromiso escolar y, en consecuencia, su bienestar subjetivo y ajuste al entorno.

Estos factores rara vez actúan de forma aislada; más bien, se combinan para crear un entorno que empuja al estudiante fuera del sistema, haciendo que la escuela pierda su atractivo y relevancia.

El Impacto de la Pandemia: Cambios en Comportamientos y Aprendizajes

Los dos años de educación a distancia durante la pandemia dejaron una huella profunda, y el retorno a la presencialidad reveló una nueva realidad para educadores y alumnos. Los profesores se han encontrado con estudiantes que no solo han descendido en sus niveles de aprendizaje, sino que también exhiben cambios significativos en sus comportamientos.

¿Cuáles son los requisitos para ser policía escolar?

Johanna Silva, profesora de Educación General Básica, lo resume claramente: "No es lo mismo recibir un primero básico hace dos o tres años atrás que recibir un primero básico ahora". La priorización curricular durante la pandemia, que dejó fuera importantes contenidos, generó vacíos en el aprendizaje. Un ejemplo preocupante es la dificultad de los estudiantes para comprender instrucciones o resolver problemas, incluso si pueden realizar operaciones básicas. Los datos de la evaluación diagnóstica Decatest son alarmantes: un 52% de los escolares de segundo básico no saben leer, y de ellos, la mitad corresponde a quienes no se conectaron a las clases virtuales. Además, en los últimos dos años, solo se logró cumplir con el 70% de los objetivos de aprendizaje en lectura, lo que significa que el 30% restante se perdió o no se consolidó.

Pero el "efecto pandemia" no se limita a lo académico. El desarrollo socioemocional y la autonomía de los estudiantes también se vieron afectados, especialmente en aquellos que cursaron los primeros grados en modalidad online. La Superintendencia de Educación reporta un aumento del 56% en las denuncias por casos de violencia entre alumnos este año, en comparación con 2018 y 2019. Guillermo Mendoza, inspector general de un liceo, observa un incremento sustantivo de conductas negativas: desinterés, desmotivación, deshonestidad, impuntualidad, lenguaje grosero y uso frecuente de mentiras. Este panorama sugiere un proceso de desescolarización, donde habilidades fundamentales como el interés por aprender, el trabajo colaborativo y el pensamiento crítico no pudieron desarrollarse plenamente en el entorno virtual.

Consecuencias Profundas del Ausentismo y la Deserción

Las inasistencias reiteradas y, en última instancia, la deserción escolar, conllevan una serie de consecuencias perjudiciales que trascienden el ámbito académico individual y repercuten en la sociedad en su conjunto. Como señala María Elena Sepúlveda, educadora diferencial, el ausentismo es un claro indicador del desenganche del estudiante: "a mayor desapego, menor es el logro (aprendizaje/notas) del estudiante". Las investigaciones en compromiso escolar confirman que una menor voluntad del estudiante hacia la educación se traduce en un menor bienestar subjetivo y un peor ajuste personal.

A nivel individual, las repercusiones son severas:

  • Impacto en el aprendizaje y rendimiento: La ausencia de clases afecta directamente la adquisición de conocimientos y habilidades. El Centro de Medición de la Universidad Católica (MIDE UC) enfatiza que "el ausentismo temprano o en la etapa parvularia impacta en la adquisición de habilidades matemáticas, ejecutivas y de autorregulación, y de alfabetización". Esto crea una brecha que dificulta el progreso en niveles educativos superiores.
  • Desarrollo socioemocional: Los estudiantes que faltan a clases pierden oportunidades cruciales para interactuar con sus pares, desarrollar habilidades sociales, gestionar emociones y construir una identidad dentro del entorno escolar. Esto puede llevar a problemas de adaptación y aislamiento.
  • Disminución de la motivación: La desconexión con la escuela y la acumulación de lagunas académicas generan frustración, lo que a su vez reduce la motivación para aprender y la predisposición a reincorporarse plenamente al ámbito escolar.
  • Riesgo de exclusión social: La deserción escolar limita las oportunidades futuras de empleo y desarrollo personal, aumentando el riesgo de pobreza y marginación social.

A nivel social, la deserción escolar debilita el capital humano de una nación. Una población con menor nivel educativo implica una disminución en los conocimientos necesarios para enfrentar desafíos complejos, fomenta la desinformación y reduce la capacidad de tener un punto de vista propio y crítico. En palabras de Marie Paz Aedo, estudiante de tercero medio, la pandemia le hizo "perder el ritmo de las cosas" y "cambiar mi visión de las cosas respecto de lo importante que era realmente para mi estudiar", un reflejo de cómo la desmotivación puede alterar el valor que se le otorga a la educación.

Estrategias y Soluciones para Retener a los Estudiantes

Frente a este complejo panorama, es imperativo implementar acciones concretas y coordinadas para revertir la tendencia al ausentismo y prevenir la deserción escolar. El Ministerio de Educación, a través de iniciativas como el Plan Seamos Comunidad, está desplegando esfuerzos significativos para apoyar a las comunidades educativas:

  • Reportes bimensuales de ausentismo: Se entregará información detallada a directores y directoras sobre los niveles de ausentismo en sus establecimientos, permitiéndoles ejecutar soluciones focalizadas y personalizadas.
  • Equipos de supervisión y acompañamiento: El Mineduc creará equipos dedicados a brindar apoyo técnico y pedagógico a los centros educativos, ayudándolos a desarrollar estrategias efectivas.
  • Talleres formativos y tutorías personalizadas: Se realizarán talleres para docentes y se ofrecerán tutorías específicas para estudiantes con alto riesgo de deserción o rezago académico. Gracias a un convenio con universidades, se contará con 10.000 tutores, quienes realizarán sus prácticas profesionales enfocadas en apoyar a estos alumnos.
  • Reencantar a los alumnos con el aprendizaje: Esta es una clave fundamental. Las escuelas deben innovar en sus metodologías, ofrecer experiencias educativas significativas y crear un ambiente acogedor que motive a los estudiantes a asistir y participar activamente.
  • Abordaje del fracaso escolar: Es crucial abordar el fracaso escolar en sus tres niveles:
    • Macro (sistema escolar): A través de políticas públicas que flexibilicen y apoyen trayectorias educativas diversas.
    • Meso (institución escolar): Mediante programas de apoyo, detección temprana de riesgos y adaptación curricular.
    • Micro (sujetos y grupos): Ofreciendo acompañamiento individualizado, apoyo socioemocional y fortalecimiento de la autoestima de los estudiantes.

Estas acciones buscan no solo paliar los efectos inmediatos del ausentismo, sino también construir un sistema educativo más resiliente, inclusivo y capaz de responder a las necesidades de cada estudiante, garantizando que el camino educativo sea una experiencia enriquecedora y no una fuente de frustración.

Comparativa de Ausentismo Escolar (Pre y Post-Pandemia)

PeriodoTasa de Asistencia EscolarClasificación de Ausentismo
Pre-Pandemia (Estimado)~91.5%Ausentismo Moderado
Post-Pandemia (Actual)83%Inasistencia Grave

Nota: La tasa pre-pandemia se estima basándose en la declaración de que el ausentismo post-pandemia se duplicó. Si 17% es el ausentismo actual, el pre-pandemia era alrededor del 8.5%.

Preguntas Frecuentes sobre Ausentismo y Deserción Escolar

¿Qué se considera inasistencia grave en Chile?
Se considera inasistencia grave cuando un estudiante asiste a menos del 85% de las clases. Actualmente, el 39% de la matrícula total del país, cerca de 1.254.253 alumnos, presenta esta condición.
¿Cuáles son las principales causas del ausentismo escolar post-pandemia?
Las causas principales incluyen el temor a contagios por COVID-19 u otras enfermedades respiratorias (citado por el 87% de los directores), la flexibilización de la asistencia tras la crisis sanitaria y las condiciones climáticas, especialmente el invierno.
¿Cómo se define la deserción escolar?
La deserción escolar es el abandono que un estudiante hace de la educación formal. Se entiende como el final de un proceso gradual de desvinculación con el establecimiento educativo y con el aprendizaje en sí.
¿Qué consecuencias tiene el ausentismo en el aprendizaje de los niños?
Las inasistencias reiteradas perjudican el desarrollo socioemocional, aumentan la brecha de aprendizaje, afectan la adquisición de habilidades fundamentales (matemáticas, lectoescritura, autorregulación) y pueden disminuir la motivación general del estudiante.
¿Qué acciones está tomando el Ministerio de Educación para combatir la deserción?
El Mineduc está implementando el Plan Seamos Comunidad, que incluye la entrega de reportes bimensuales de ausentismo a directores, la creación de equipos de supervisión y acompañamiento, y la realización de talleres formativos y tutorías personalizadas para estudiantes en riesgo, con el apoyo de 10.000 tutores universitarios.
¿Cómo afecta la repitencia a la deserción escolar?
La repitencia es un factor de riesgo significativo. Un estudiante que repite un curso tiene aproximadamente un 20% más de probabilidades de abandonar el sistema escolar, ya que afecta negativamente su autoestima y su compromiso escolar.

La prevención de la deserción escolar es una tarea que interpela a toda la sociedad. No se trata solo de garantizar la asistencia a clases, sino de asegurar que la escuela sea un espacio de aprendizaje significativo, inclusivo y motivador para cada estudiante. Revertir esta tendencia exige un esfuerzo conjunto de las autoridades, las comunidades educativas, las familias y los propios alumnos. Solo así se podrá construir un futuro donde la educación sea verdaderamente un derecho garantizado y una puerta abierta a nuevas oportunidades para todos los niños y jóvenes de Chile.

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