30/09/2025
La Pedriza, ese imponente macizo granítico que se alza majestuoso en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, es mucho más que un paraíso para escaladores y senderistas. Es un lienzo natural donde la erosión ha esculpido formas caprichosas, dando vida a un bestiario pétreo y a figuras que la imaginación popular ha bautizado a lo largo de los siglos. Entre sus recovecos y valles, se esconde una joya que, aunque humilde en tamaño, encierra la esencia de este lugar mágico: el Risco del Cerdito. Este artículo te invita a un viaje por la Senda 68, una de las "Sendas Verdes de Madrid", para desvelar la ubicación y el encanto de esta particular formación y de muchas otras que hacen de La Pedriza un destino ineludible.

- Descubriendo La Pedriza: Un Paisaje de Granito y Leyendas
- El Corazón de la Senda 68: Ruta por las Formas
- El Enigmático Risco del Cerdito: Más Allá de una Piedra
- Continuación del Viaje: Formaciones y Horizontes
- El Regreso por la "Autopista": Una Perspectiva Diferente
- Tabla de Puntos Clave de la Ruta
- Preguntas Frecuentes sobre la Ruta del Cerdito en La Pedriza
Descubriendo La Pedriza: Un Paisaje de Granito y Leyendas
Situada en el término municipal de Manzanares El Real, en la Comunidad de Madrid, La Pedriza es una de las formaciones geológicas más singulares de la Península Ibérica. Su paisaje, dominado por intrusiones graníticas, presenta una orografía escarpada, con riscos, paredes y canchos que han sido modelados por millones de años de procesos geológicos. Este entorno, declarado Parque Nacional, no solo alberga una biodiversidad excepcional, sino que también es un tesoro de historias y leyendas transmitidas de generación en generación por montañistas y habitantes de la zona.
Cada roca, cada valle, parece contar una historia, invitando al visitante a explorar con la mente abierta y la imaginación despierta. La Pedriza ofrece rutas para todos los niveles, desde paseos tranquilos por la orilla del río Manzanares hasta ascensiones desafiantes a picos emblemáticos como El Yelmo. Pero es en sus sendas menos transitadas, o en los detalles que a menudo pasan desapercibidos, donde reside su verdadera magia. La Senda 68 es un ejemplo perfecto de cómo una ruta bien señalizada puede convertirse en un camino de descubrimiento, revelando a cada paso una nueva "forma" que cautiva la vista.
El Corazón de la Senda 68: Ruta por las Formas
Nuestra aventura comienza en el popular aparcamiento de Canto Cochino, un punto de partida neurálgico para muchas de las rutas que exploran La Pedriza. Las coordenadas 40.749283, -3.896087 te guiarán directamente a este enclave, situado convenientemente frente a varios establecimientos donde uno puede reponer fuerzas antes o después de la caminata. Desde aquí, el sendero se interna en la naturaleza, siguiendo una pista forestal que discurre apaciblemente por el margen derecho del Río Manzanares, dirigiéndose hacia el sur.
El camino inicial es cómodo y serpenteante, ofreciendo vistas panorámicas del valle. A medida que avanzamos, el río nos acompaña, su murmullo constante sirviendo de banda sonora a nuestro recorrido. Esta pista nos conduce al final del valle, donde el Manzanares realiza un giro pronunciado hacia el este, esquivando la primera de las notables formaciones que encontraremos: el Risco de la Foca. Su silueta inconfundible, con el perfil de este mamífero marino, es un preludio de las maravillas geológicas que nos esperan.
Tras cruzar el Río Manzanares por un pintoresco puente, nuestra senda toma una nueva dirección, girando a la izquierda hacia el norte y remontando el curso del río. No tardaremos en encontrarnos con la siguiente sorpresa a nuestra derecha, otra formación que evoca a un animal: la Tortuga o Cancho Losillo. Su forma, que recuerda claramente a una tortuga, es especialmente nítida si se observa desde el punto de partida en Canto Cochino, lo que demuestra la riqueza de perspectivas que ofrece esta ruta.
Continuando río arriba, el paisaje se vuelve aún más interesante. La siguiente "forma" que se presenta ante nosotros recibe el evocador nombre de La Familia. Aunque su origen etimológico no está documentado con precisión, para muchos montañistas, especialmente para aquellos que crecieron explorando estas rocas, este risco ha sido un punto de encuentro, un lugar de reunión, de ahí su nombre tan cercano y familiar. En épocas pasadas, La Familia era un punto neurálgico para la escalada, con múltiples pasos, placas y diedros que desafiaban a los más experimentados, e incluso requería el uso de rapel para el descenso, lo que subraya el carácter aventurero de esta zona. Su cara este, con una pared extraplomada y una grieta exigente, era famosa por requerir una habilidad poco común para introducir los clavos con la mano izquierda, un desafío para los escaladores de antaño.
El Enigmático Risco del Cerdito: Más Allá de una Piedra
Prosiguiendo nuestro ascenso, poco antes de llegar al inconfundible perfil del Peña Sirio, cuya denominación original pudo haber sido Peña Osillo en la Edad Media, nos topamos con un rincón de especial encanto y significado: la pradera del Cerdito. Es aquí donde se encuentra la formación que da nombre a este artículo. No se trata de un risco imponente, sino de una modesta pero cautivadora piedra de poco más de un metro de altura, cuya forma evoca claramente la silueta de un cerdito. Lo más curioso es que la "cabeza" de este cerdito de piedra apunta directamente hacia el Chozo Kindelán.

El Chozo Kindelán, aunque no siempre visible a simple vista, es una pieza fundamental de la historia montañera de La Pedriza. Construido por los hermanos José Manuel, Juan y Ultano Kindelán, junto con Pablo Martínez del Río, allá por el lejano 1912, este refugio rústico es un testimonio de las primeras expediciones y la pasión por la montaña que forjaron el espíritu de la zona. Se encuentra al otro lado del arroyo, en la ladera de la montaña, a menudo oculto entre la vegetación, lo que lo convierte en un hallazgo más intuitivo que visual para el caminante atento.
La presencia de esta "piedra del cerdito" en su pradera homónima es un ejemplo perfecto de cómo la naturaleza, con la ayuda de la imaginación humana, crea puntos de referencia que enriquecen la experiencia del senderista. No es la grandiosidad lo que la define, sino su peculiaridad y el toque de fantasía que añade al paisaje. Encontrar el Cerdito es un pequeño triunfo, una confirmación de que uno está en la senda correcta y un recordatorio de las infinitas formas que la roca puede adoptar.
Continuación del Viaje: Formaciones y Horizontes
Una vez pasado el Cerdito y superado el Peña Sirio, la ruta nos depara otra sorpresa a nuestra derecha, envuelta en un aura de leyenda: la Cueva de la Mora. Es fácil para la mente imaginar este lugar como el escenario de una trágica historia de amor entre un caballero cristiano y una joven y bella muchacha mora, una relación desaprobada por el padre de ella y que, como tantas otras leyendas, culminó en desgracia. Este tipo de relatos añaden una capa de misticismo y romanticismo a la ya impresionante belleza natural de La Pedriza.
Continuando el ascenso por el valle, la siguiente formación que encontramos a nuestra derecha es el Risco del Camello, reconocible al instante por sus inconfundibles "jorobas" de granito. Su silueta es un claro ejemplo de la capacidad de la erosión para mimetizar formas animales en la roca. Más arriba y ligeramente a la izquierda, en el camino que conduce al icónico Yelmo, se alza La Maza, otra imponente formación que marca un hito en la ruta.
Finalmente, llegamos a la apacible pradera de los Lobos. Este es un lugar de descanso y contemplación, donde es común ver pastar a dos borricos que, de manera servicial, ayudan en las tareas del Refugio Giner de los Ríos, situado a la derecha de la pradera. Desde este punto, las vistas panorámicas son simplemente espectaculares. El Cancho de los Muertos y el Castillo se alzan a nuestra izquierda, mientras que, al fondo, se divisan el Elefantito, las Torres, la Esfinge, el Cocodrilo y las Nieves. También se aprecian el Collado de la Ventana, el Callejón de las Abejas, el Pájaro y los Guerreros, las Oseras, las Buitreras y el Hueso, y el Collado de la Dehesilla. A nuestra espalda, la Maza y, más allá, la majestuosa figura de El Yelmo, dominan el horizonte. Es un verdadero festín visual para los amantes de la montaña.
Nuestra senda continúa en dirección noreste hacia el Collado de la Dehesilla, remontando el valle hasta llegar al Tolmo. Este enigmático canto rodado, de proporciones considerables, se cree que cayó de la Umbría de Calderón, que se encuentra a nuestra derecha. El Tolmo es otro punto de interés para escaladores, con varias vías que recorren su circunferencia. Con algo menos de 20 metros en su parte más alta, donde se encuentra un techo inclinado que mira hacia El Yelmo, es una formación que invita a la admiración y al desafío.
El Regreso por la "Autopista": Una Perspectiva Diferente
El camino de regreso a Canto Cochino se realiza por un sendero alternativo, que ofrece una perspectiva renovada de las formaciones que ya hemos admirado. Desde las inmediaciones del Refugio Giner, se toma un camino que desciende suavemente hacia la Pradera de los Lobos. Aquí, un pequeño puente de madera nos permite cruzar el Arroyo de la Ventana, y a partir de ahí, la ruta continúa hacia el sur por un camino conocido popularmente entre los montañeros como la "Autopista".
Este nombre tan particular se debe a su origen. Fue trazado por el antiguo ICONA a finales de los años 60, durante las labores de repoblación forestal de La Pedriza. A diferencia del camino de subida, que es más antiguo y, en ocasiones, más agreste y menos transitado, requiriendo incluso pequeños trepados para sortear rocas, la "Autopista" es una senda más ancha, clara y de fácil recorrido. Su trazado más uniforme y su menor dificultad la convierten en una opción popular tanto para el descenso como para aquellos que prefieren una subida más cómoda.

Descender por la "Autopista" permite contemplar las mismas formas que vimos en la ascensión, pero desde una orilla diferente, ofreciendo ángulos y vistas nuevas. Esta dualidad de caminos es una ventaja, ya que permite al senderista elegir la dificultad y el tipo de experiencia que desea. Para los menos acostumbrados a terrenos irregulares, la "Autopista" es una bendición, mientras que los más aventureros pueden optar por la senda antigua para una experiencia más "arisca" y desafiante.
Tabla de Puntos Clave de la Ruta
| Punto de Interés | Descripción Breve | Ubicación en la Ruta |
|---|---|---|
| Canto Cochino | Punto de inicio y aparcamiento principal de la ruta. | Inicio del recorrido |
| Risco de la Foca | Formación rocosa con silueta de foca. | Al final del valle, antes de cruzar el río. |
| Tortuga o Cancho Losillo | Risco con forma de tortuga. | A la derecha, tras cruzar el río y girar al norte. |
| La Familia | Punto de encuentro histórico para escaladores. | Río arriba, después de la Tortuga. |
| Pradera del Cerdito | Pradera donde se encuentra la piedra con forma de cerdito. | Antes de Peña Sirio, apuntando al Chozo Kindelán. |
| Peña Sirio | Gran risco de perfil inconfundible. | A la derecha, después de la pradera del Cerdito. |
| Cueva de la Mora | Cueva con leyenda de amor y tragedia. | Después de Peña Sirio. |
| Risco del Camello | Formación con inconfundibles jorobas. | Más arriba de la Cueva de la Mora. |
| La Maza | Imponente formación en el camino al Yelmo. | Más arriba y a la izquierda del Risco del Camello. |
| Pradera de los Lobos | Amplia pradera con vistas panorámicas y Refugio Giner. | Antes del Collado de la Dehesilla. |
| El Tolmo | Enigmático canto rodado, punto de escalada. | Al final del valle, antes de la Umbría de Calderón. |
| La Autopista | Camino de regreso más ancho y cómodo. | Desde el Refugio Giner, hacia el sur. |
Preguntas Frecuentes sobre la Ruta del Cerdito en La Pedriza
¿Cuál es la longitud y dificultad de esta ruta?
La longitud exacta de la ruta de las "formas" puede variar ligeramente dependiendo de las pequeñas desviaciones, pero en general es una senda de dificultad media. Si bien el camino de subida puede ser un poco más "arisco" y rocoso en algunos tramos, el de bajada por la "Autopista" es mucho más sencillo. Es apta para senderistas con una condición física moderada y cierto hábito de caminar por terrenos irregulares.
¿Necesito equipo especial para realizar esta caminata?
Para disfrutar plenamente de la ruta y garantizar tu seguridad, se recomienda llevar calzado de montaña adecuado, preferiblemente botas que sujeten bien el tobillo, ya que hay tramos rocosos. Es imprescindible llevar agua suficiente, especialmente en los meses más cálidos, y algo de comida. También es aconsejable llevar protección solar, gorra y, en función de la época del año, ropa de abrigo o chubasquero, ya que el clima de montaña puede ser cambiante. Un mapa de la zona o un GPS con la ruta cargada pueden ser de gran ayuda.
¿Hay fuentes de agua o servicios en el camino?
En el punto de inicio, Canto Cochino, encontrarás bares y restaurantes para antes o después de la ruta. En el transcurso de la senda, el Refugio Giner de los Ríos, situado en la Pradera de los Lobos, ofrece servicios básicos y la posibilidad de pernoctar si se desea. Sin embargo, no se garantiza la disponibilidad constante de agua potable en fuentes naturales a lo largo de todo el recorrido, por lo que es crucial llevar tus propias provisiones.
¿Es una ruta adecuada para ir con niños?
La ruta puede ser adecuada para niños con experiencia en senderismo y buena resistencia, especialmente si se opta por subir y bajar por la "Autopista", que es menos exigente. Sin embargo, algunos tramos de la senda antigua pueden ser más complicados para los más pequeños, con rocas que sortear y un terreno más irregular. Siempre se recomienda evaluar la capacidad de los niños y planificar la ruta en consecuencia, quizás haciendo tramos más cortos o adaptados a su ritmo.
¿Cuál es la mejor época del año para visitar el Risco del Cerdito y La Pedriza?
La Pedriza es hermosa en cualquier época del año, pero cada estación ofrece una experiencia diferente. La primavera (abril-junio) es ideal por la explosión de vegetación y el buen tiempo, aunque puede haber más afluencia. El otoño (septiembre-noviembre) regala colores espectaculares y temperaturas agradables. El verano (julio-agosto) puede ser muy caluroso, por lo que se recomienda empezar temprano para evitar las horas centrales del día. En invierno (diciembre-marzo), la nieve puede cubrir la Pedriza, transformando el paisaje en algo mágico, pero la ruta puede requerir equipo adicional (raquetas, crampones) y experiencia en montaña invernal.
Explorar La Pedriza es sumergirse en un mundo donde la naturaleza y la imaginación se entrelazan. El Risco del Cerdito es solo una de las innumerables "formas" que esperan ser descubiertas en este paraje único. Cada paso en la Senda 68 es una invitación a la aventura, a la contemplación y a la conexión con un entorno natural de incalculable valor. Así que, si buscas una experiencia que combine el desafío físico con la belleza paisajística y el encanto de lo inesperado, La Pedriza te espera con sus brazos de granito abiertos.
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