06/01/2024
La minería, actividad milenaria y pilar económico en diversas regiones, presenta una dualidad inherente: mientras promete desarrollo y oportunidades, también encierra profundos riesgos ambientales y sociales, a menudo exacerbados por la minería ilegal o la corrupción. En este complejo escenario, la labor de las fuerzas del orden y el marco legal que las rige se vuelven cruciales para mediar entre los intereses económicos, la protección ambiental y la seguridad minera de las comunidades y los trabajadores.

Este artículo explorará diversos casos y situaciones que ilustran la compleja interacción entre el sector minero y la esfera policial y judicial. Abordaremos desde proyectos con grandes expectativas pero fuertes resistencias por su impacto ecológico, hasta tragedias que exponen la negligencia y los tratos ilícitos, sin olvidar los operativos directos de la policía contra la explotación clandestina y los desafíos propios de la estabilidad laboral de los agentes que operan en este volátil ambiente.
La Minería: Un Balance entre Desarrollo y Sostenibilidad
La extracción de minerales es una actividad que, por su naturaleza, genera un impacto significativo en el entorno. La promesa de progreso económico y generación de empleo a menudo colisiona con la necesidad imperante de preservar los recursos naturales y la salud de las poblaciones circundantes. Los antecedentes de los proyectos mineros son tan variados como sus consecuencias, y cada caso es un espejo de las tensiones entre el capital, la comunidad y el medio ambiente.
El Caso de la Mina de Cobre en Samalayuca: Proyectos vs. Protección Ambiental
A unos 50 kilómetros de la bulliciosa Ciudad Juárez, en el corazón de Samalayuca, se gesta un proyecto minero que ha encendido las alarmas de ambientalistas y defensores de derechos humanos. Los ejidatarios de Ojo de la Casa, en un movimiento que desafió un decreto federal de 2009 que designaba sus tierras como área natural protegida, lograron revertir dicha clasificación para una parte de su territorio. Esta victoria legal les permitió, de manera unánime, acordar con la empresa canadiense VVC Exploration Corporation la ocupación temporal de predios para la extracción de cobre en yacimientos a tajo abierto.
Javier Meléndez Cardona, presidente seccional de Samalayuca y ejidatario, destaca la unanimidad del acuerdo entre los 53 integrantes del ejido. La compañía canadiense, por su parte, anunció en agosto su plan de operar una mina piloto en Samalayuca, con una proyección de inicio de excavaciones entre seis y nueve meses. La visión de VVC, según Jim Culver, presidente de la corporación, es operar de manera ambiental y socialmente responsable, generando impactos económicos y comunitarios positivos.

Sin embargo, esta promesa de desarrollo es recibida con escepticismo y fuerte oposición. Santiago González Reyes, abogado derechohumanista y visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, califica de “aberración” el cambio de uso de suelo de área natural protegida a mina. Su principal preocupación, compartida por Lydia Graco, vocera del Frente Ciudadano Contra la Mina a Cielo Abierto en Samalayuca, es el riesgo inminente para la única reserva de agua de Ciudad Juárez. Advierten sobre un proyecto “altamente contaminante” que devastaría la flora y el medio ambiente, sin estudios transparentes sobre sus impactos en la salud humana.
Meléndez Cardona, aunque reconoce el derecho a la manifestación, desestima los argumentos de los opositores, tildándolos de “mentiras” y defendiendo la mina como una alternativa para generar empleo y recursos para infraestructura local. La veta de cobre en la Sierra de Samalayuca, visible a simple vista y con antecedentes de explotación en las décadas de 1960 y 1970, se compone de cuatro tajos principales: Gloria, Juliana, Zorra y Suerte, siendo Gloria el punto de partida para VVC Exploration. La empresa planea procesar hasta dos mil toneladas de material mineralizado por día, duplicando esa capacidad en un año, en un área de mil 622 hectáreas.
En un intento por mitigar las preocupaciones, Meléndez Cardona asegura la existencia de “candados de protección” ambientales. Estos incluyen la prohibición de operar en zonas arqueológicas de petrograbados, la exclusión del cianuro en el proceso (utilizando ácido sulfúrico en una solución al 30% con agua), un “volumen muy razonable” de uso de agua (equivalente a una alberca olímpica), y un sistema de restauración progresiva: por cada 4% de superficie trabajada, se deben rellenar los hoyos y replantar la flora antes de abrir nuevas excavaciones. A pesar de estas afirmaciones, la obtención de permisos ambientales y de cambio de uso de suelo por parte de Semarnat no ha podido ser corroborada, lo que alimenta la demanda de transparencia por parte de los opositores.
La controversia se extiende a la figura de Meléndez, acusado de conflicto de interés por promover el proyecto en tierras donde él mismo es ejidatario. Aunque él lo niega, afirmando que los terrenos de la mina no son suyos, sus críticos insisten en que su posición pública lo coloca en una situación comprometida.
Tragedia y Opacidad en las Minas de Carbón: El Pinabete como Ejemplo
La otra cara de la minería se revela en las tragedias que golpean al sector, especialmente en contextos de informalidad y negligencia. La mina de carbón El Pinabete, ubicada en Sabinas, Coahuila, se convirtió en símbolo de esta problemática tras el accidente que dejó a 10 mineros atrapados. Este suceso, que acaparó la atención nacional, expuso una red de irregularidades y presunta corrupción que se extiende hasta las más altas esferas gubernamentales.

El Pinabete no era una mina en el sentido estricto, sino un “pocito” de carbón, carente de las medidas de seguridad y la tecnología adecuadas para su operación. A diferencia de las minas profesionales, estos “pocitos” operan en condiciones precarias, sin planos actualizados de los mantos freáticos, lo que fue la causa directa de la tragedia: los mineros se toparon con un área contigua inundada, provocando un derrumbe y una inundación de hasta 65 metros de profundidad. Los trabajadores carecían de equipo adecuado, contando solo con cascos y lámparas, sin uniformes especiales, botas o respiradores artificiales.
La situación se agrava al conocerse que El Pinabete era proveedora directa de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a pesar de no cumplir con las medidas de seguridad obligadas por ley. En solo dos años, la mina obtuvo casi 358 millones de pesos en contratos con la CFE, incluyendo uno por 55 millones de pesos en 2022 para abastecer la carboeléctrica “Carbón II”. Esta relación comercial ilegal ha llevado a acusaciones de que el gobierno federal, a través de López Obrador, la CFE y la Secretaría del Trabajo (STyPS), busca “enterrar” la tragedia para ocultar estos tratos.
La STyPS afirmó que la mina “no tenía antecedente de denuncias por algún tipo de anomalía”, una declaración desmentida por los propios trabajadores sobrevivientes, quienes denunciaron la falta de seguridad y rutas de evacuación. La opacidad se extiende a la identidad de los verdaderos dueños de la mina. Aunque Cristian Solís Arriaga se presentó como propietario, se sospecha que es un prestanombres de la influyente familia Zapata, con antecedentes políticos en Sabinas. Rígulo Zapata Jaime, exalcalde y exdiputado, aparece en el Registro Público de la Propiedad y Comercio como propietario de la Compañía Minera El Pinabete S.A. de C.V., así como de otras empresas mineras. La organización “Familia Pasta de Conchos”, defensora de los derechos de los mineros, ha exigido que se finquen responsabilidades y se cancelen los títulos mineros de “pocitos” inseguros.
La Lucha Contra la Minería Ilegal: Operativos Policiales en el Frente
Más allá de los marcos legales y las grandes corporaciones, la minería ilegal es un flagelo que opera en la clandestinidad, alimentando redes criminales y devastando ecosistemas. Aquí, la acción directa y contundente de las fuerzas del orden es indispensable para desmantelar estas operaciones y restaurar el imperio de la ley.
Intervención Policial en la Cantera Cañada Negra: Un Golpe al Crimen Organizado
En la frontera de los municipios de Bello y Medellín, Colombia, una cantera conocida como Cañada Negra era el epicentro de una lucrativa operación de minería ilegal controlada por la organización criminal “La Terraza”. Este sitio, donde se extraían de forma ilícita material de arrastre, rocas y grava para la construcción, no solo era explotado directamente por la banda, sino que también era fuente de extorsión para terceros.

La Fiscalía reveló que “La Terraza” cobraba $40,000 a cada conductor de volqueta por el acceso a la cantera, y una vez cargado el vehículo, exigía entre $400,000 y $500,000 al contratista para permitir la salida del material. Esta actividad criminal no solo generaba ganancias ilícitas, sino que también causaba un grave daño ambiental: la remoción agresiva de material contaminaba la quebrada Cañada Negra y provocaba un acelerado debilitamiento del suelo, poniendo en riesgo de deslizamiento a varios asentamientos humanos.
La intervención de las autoridades no fue fortuita. Un enfrentamiento armado entre “La Terraza” y la banda rival “La Silla” por el control de las rentas de la mina, grabado por ciudadanos, puso a la cantera bajo el ojo de las autoridades. Este incidente desencadenó una serie de operativos por parte del CTI, el Ejército y la Policía, que culminaron en la intervención de la mina.
Durante el operativo, se logró la captura del administrador de la cantera y de dos trabajadores, quienes contaban con antecedentes judiciales por delitos graves como terrorismo y porte ilegal de armas. Serán imputados por daño a los recursos naturales, contaminación ambiental por explotación de yacimiento minero e hidrocarburos, y explotación ilícita de yacimiento minero y otros materiales. Además de las detenciones, se incautaron tres máquinas, una volqueta y un automóvil, y se destruyeron tres retroexcavadoras valoradas en aproximadamente 3 millones de dólares. Este operativo es un claro ejemplo de cómo la acción coordinada de las fuerzas del orden puede desarticular operaciones criminales que afectan tanto la seguridad ciudadana como el patrimonio natural.
El Marco Legal y los Desafíos de la Fuerza Policial
Para que la policía pueda cumplir su rol de garante de la ley, es fundamental que cuente con un marco legal robusto que proteja a sus integrantes y fomente su profesionalismo. Las condiciones laborales y las garantías de permanencia en las instituciones son cruciales para atraer y retener a los mejores elementos, especialmente en un país donde el combate al crimen organizado implica riesgos extraordinarios.
Garantías Laborales para los Agentes: Un Paso Hacia la Dignificación Policial
En un avance significativo para los derechos de los servidores públicos, la Cámara de Diputados en México aprobó una reforma al artículo 123 de la Constitución Política, permitiendo la reincorporación de agentes del Ministerio Público, peritos y miembros de las instituciones policiales que hayan sido separados de sus cargos y demuestren en un juicio su inocencia o un despido injustificado. Esta reforma, avalada con 320 votos a favor, busca modificar una norma prohibitiva que contraviene los estándares internacionales en materia de derechos humanos.

La reforma es un reconocimiento a la precaria situación laboral que enfrentan estos profesionales. La alta inseguridad en el empleo, sumada a los bajos sueldos y el constante riesgo de combatir al crimen organizado, ha provocado la desarticulación de los cuerpos policiales y, en consecuencia, la creciente incorporación de fuerzas militares en funciones de seguridad pública. Esta situación, lejos de fortalecer las instituciones civiles, las debilita y perjudica a la sociedad.
El objetivo de la modificación constitucional es fortalecer las corporaciones, otorgando estabilidad en el empleo a elementos que cumplen con su función conforme a derecho. No se trata de apoyar la permanencia de agentes que infrinjan la ley, sino de garantizar que aquellos que han sido injustamente separados puedan reintegrarse, lo que dignifica su labor y les brinda la seguridad laboral necesaria para desempeñarse eficazmente. Esta medida es un primer paso para replantear el modelo de seguridad y justicia, y para reconocer los derechos humanos de quienes arriesgan su vida diariamente por la seguridad del país.
Requisitos de Permanencia en las Instituciones Policiales: La Base de la Confianza Pública
La permanencia en las instituciones policiales no es un derecho automático; es el resultado de un cumplimiento constante de requisitos rigurosos. Fundamentalmente, para permanecer en la fuerza, un agente debe cumplir de manera continua con los mismos requisitos que se le exigieron para su ingreso. Esto asegura que los miembros de la policía mantengan el perfil, las habilidades y la integridad necesarios para su función, fomentando la confianza pública y la efectividad de las corporaciones.
Comparativa de Casos Mineros y su Impacto
| Característica | Mina de Cobre Samalayuca (Ojo de la Casa) | Mina de Carbón El Pinabete | Cantera Cañada Negra (Medellín/Bello) |
|---|---|---|---|
| Tipo de Operación | Legal (concesión, permisos reclamados) | Ilegal ("pocito", sin medidas de seguridad) | Ilegal (explotación por crimen organizado) |
| Mineral/Material | Cobre | Carbón | Material de arrastre, rocas, grava |
| Estado Legal | Concesionada por ejidatarios, permisos Semarnat (discutidos) | Proveedora de CFE (contratos ilegales alegados) | Controlada por banda criminal "La Terraza" |
| Controversia Central | Impacto ambiental en área protegida, uso de agua, transparencia | Falta de seguridad, muerte de mineros, corrupción gubernamental, opacidad en propiedad | Explotación ilegal, extorsión, daño ambiental, control territorial por crimen |
| Rol Policial/Legal | Abogado DDHH alista amparo; Semarnat/Subsecretaría Minería (permisos) | Fiscalía de Coahuila (declaraciones), CFE (cliente), STyPS (falsedad), Familia Pasta de Conchos (denuncia) | CTI, Ejército, Policía (operativo conjunto); Fiscalía (imputaciones) |
| Impacto Ambiental | Riesgo a reserva de agua, deforestación, contaminación potencial | Inundación por falta de planos y tecnología; contaminación por "pocitos" | Contaminación de quebrada, debilitamiento de suelo, riesgo de deslizamiento |
| Seguridad Laboral | No detallado, pero se mencionan "candados" ambientales en la operación | Inexistente (falta de equipo, rutas de evacuación, tecnología) | No aplica directamente a mineros legales (operación criminal) |
| Antecedentes | Operó en 1965-76, luego abandonada; ejido revirtió decreto de ANP | Operó desde 2003, concesión transferida múltiples veces; historial de "pocitos" | Enfrentamientos entre bandas por control del sitio; foco de inseguridad |
Preguntas Frecuentes (FAQ)
¿Qué diferencia hay entre una mina legal y una ilegal?
Una mina legal opera bajo las concesiones y permisos otorgados por las autoridades competentes, cumpliendo con la normativa ambiental, de seguridad laboral y fiscal. Una mina ilegal, como El Pinabete o la Cantera Cañada Negra, carece de estos permisos, evade regulaciones, no garantiza la seguridad de sus trabajadores y a menudo está vinculada a actividades criminales, causando un daño ambiental descontrolado.
¿Cómo afecta la minería al medio ambiente?
La minería puede tener impactos devastadores en el medio ambiente, incluyendo la contaminación del agua por químicos (como ácido sulfúrico o cianuro si se usa), la deforestación y alteración de ecosistemas, la erosión del suelo, la generación de residuos tóxicos, y el riesgo de deslizamientos y derrumbes. El uso intensivo de recursos como el agua también es una preocupación importante, especialmente en zonas áridas.

¿Cuál es el rol de la policía en la minería?
El rol de la policía es multifacético. Incluye la intervención directa en operaciones de minería ilegal para desmantelar redes criminales, la protección de áreas naturales y comunidades afectadas, la investigación de delitos ambientales y laborales, y la garantía del orden público en zonas de conflicto minero. También colabora con otras autoridades para asegurar el cumplimiento de la ley y la transparencia en el sector.
¿Por qué es importante la transparencia en los proyectos mineros?
La transparencia es crucial para asegurar que los proyectos mineros sean sostenibles y justos. Permite a las comunidades y a la sociedad civil conocer los impactos reales de la actividad, verificar el cumplimiento de las normativas, y exigir responsabilidades. La falta de transparencia puede ocultar irregularidades, corrupción, y negligencias que ponen en riesgo vidas humanas y el medio ambiente, como se vio en el caso de El Pinabete.
¿Los agentes policiales pueden ser reincorporados después de un despido?
Gracias a reformas constitucionales recientes en México, los agentes del Ministerio Público, peritos y miembros de instituciones policiales que hayan sido separados de sus cargos pueden ser reincorporados si demuestran en un juicio su inocencia o que fueron víctimas de un despido injustificado. Esta medida busca garantizar su derecho al trabajo y fortalecer la estabilidad y profesionalismo de las fuerzas del orden.
En síntesis, la minería es un motor económico que debe operar bajo estrictas regulaciones y una supervisión constante. Los casos analizados demuestran que, sin un compromiso firme con la seguridad minera, la protección ambiental y la transparencia, los beneficios económicos pueden ser efímeros y las consecuencias, trágicas e irreversibles. La labor de la policía, tanto en la lucha contra la clandestinidad como en la garantía de la justicia para sus propios miembros, es un pilar fundamental para construir un sector minero responsable y sostenible.
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